La separación de Brad Pitt y Angelina Jolie fue un proceso marcado por las acusaciones legales de ambos lados. Recientemente, la polémica resurgió. El pasado mes de febrero, Pitt demandó a Jolie por la venta «ilegal» de su participación en Château Miraval, una finca y viñedo en el sur de Francia que la pareja adquirió a en 2008. Se inició entonces una batalla de demandas y contrademandas que aún no encuentra desenlace.
Los últimos detalles del caso se dieron a conocer esta semana por el medio “CNN”. En una contrademanda, Angelina Jolie acusó a su exesposo de «librar una guerra vengativa» en su contra y «secuestrar» el control del lucrativo negocio de bodegas que una vez compartieron.
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Brad Pitt y Jolie contrajeron matrimonio en la propiedad en 2014. El amor llegó a su fin cuando la actriz solicitó el divorcio en septiembre de 2016 tras un acalorado encuentro a bordo de un jet privado que el FBI llegó a investigar.
La demanda de Angelina Jolie alega que Pitt «y sus aliados» llevaron a cabo «acciones ilegales y maliciosas» con la intención de «perjudicar» a Jolie y a Nouvel, «devaluando sus inversiones y privándola de su papel adecuado en la gestión de Chateau Miraval, el mundialmente famoso productor de vino rosado». Así, la actriz solicita al menos US$ 250 millones en concepto de indemnización.




El contraataque
En su propia demanda, Brad Pitt había alegado que Angelina Jolie «no hizo nada para impulsar el crecimiento» del negocio, que él convirtió en una «historia multimillonaria de éxito internacional».
La contrademanda de la actriz busca refutar esto al decir que «Pitt se negó a garantizar a Jolie o a Nouvel un acceso igualitario a los registros de Chateau Miraval o una voz igualitaria sobre la gestión», efectivamente «manteniendo como rehén la parte más significativa de su patrimonio neto».
También se afirma que Pitt «ideó un plan, hasta ahora exitoso, para hacerse con el control de Chateau Miraval», que gestionó mal los registros de marcas, lo que tuvo «consecuencias financieras devastadoras» para Nouvel, y que el actor «se embarcó en una campaña multifacética de años de duración para hacerse con el control de Chateau Miraval y apropiarse de los activos de la empresa en su beneficio».