15 de septiembre. Un día marcado en rojo en el calendario de la Familia Real española. Hoy, la Reina Letizia cumple nada más y nada menos que 50 años de vida, una edad completamente significativa, en la que su experiencia y sabiduría la hacen brillar más que nunca.
La Reina Letizia llega a sus 50 de una forma increíble. Y desde ya aclaramos que esta afirmación no se refiere a su belleza, sino a la seguridad y a la firmeza que transmite en cada una de sus apariciones. Si bien siempre se mostró con confianza en sí misma, le llevó un tiempo encontrar su rumbo y su poder dentro de la Corona.

Es que desde el momento que puso un pie en Zarzuela, se pudo percibir que Letizia Ortiz iba a ser una reina distinta. Es la primera soberana sin sangre real en la historia de la monarquía española. Una mujer divorciada, que amó con libertad y que siempre puso en primer lugar su carrera. Hasta que apareció el Rey Felipe. Y su mundo quedó de pies a cabeza.
La Reina Letizia, de periodista a Princesa de Asturias
Los actuales soberanos de España se conocieron en una cena en el año 2002. En ese momento, Letizia era presentadora en “La 1” y su perfil era completamente distinto. Decía que no quería casarse nunca más, y ponía toda su energía en su trabajo como periodista.




Se levantaba a las 5 de la mañana para informarse, y, una vez en el plató, controlaba cada detalle de las noticias que saldrían en directo. Era tal su devoción que sus compañeros la definían como un “animal de la televisión” por su pasión por la comunicación.




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Pero la reina se enamoró de Felipe. Y un 31 de octubre de 2003, Letizia presentó el último telediario de su carrera. Para no hacer saltar las alarmas, no recogió sus cosas y hasta se despidió del plató con un “hasta el lunes”.




Ya al día siguiente se difundió la gran noticia del compromiso y finalmente, el 3 de noviembre de 2003, la Reina Letizia y el Rey Felipe se presentaron juntos y de la mano frente a los medios, para hacer formal el anuncio de la boda.




Por su naturaleza analítica, la experiodista pensó durante 3 semanas si iba a aceptar o no el pedido de mano de Felipe. La soberana nunca fue de dejar cosas al azar, y actualmente lo sigue demostrando al mantenerse en control de todo lo que pasa en Zarzuela. Con los años se convirtió en imprescindible. Y ella es la primera en saberlo.